Según cuenta la tradición, la Santísima Virgen María se apareció al apóstol Santiago el 2 de enero del año 40 d.C. a orillas del río Ebro , para reconfortarle a él y a los discípulos en su actividad de predicación en tierras ibéricas. Por aquella época, todavía vivía María en Jerusalén. Es por ello que se trata de la primera aparición mariana, para lo cual se eligió nuestra tierra, y a través de la cual se han derramado infinidad de bendiciones y se seguirán produciendo.
Una historia preciosa y que nos debe hacer reflexionar sobre estos misterios para poder vivir con algo de sosiego esta vida que nos lleva , dando tumbos a veces, sin que apreciemos todo lo bueno que en ella tenemos. Y sobre todo, para quienes tenemos fé y para todos, tener el convencimiento de que alguien nos cuida y nos lleva de la mano si sabemos pedirlo humildemente.
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